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alberto guerrero

Tres miradas sobre la contemplación en el arte: “El hombre está hecho para la belleza”

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Alberto Guerrero, Jaime García-Máiquez y María Rodríguez

¿Estamos perdiendo la capacidad de contemplación?¿Contempla igual un artista que un historiador del arte?¿La belleza abre el camino al misterio? Frente a este tipo de preguntas, invitamos a tres enamorados del arte para que dialoguen en busca de respuestas. Ellos son María Rodríguez, profesora de Historia del Arte en la Universidad CEU San Pablo, Jaime García-Máiquez, poeta y miembro del gabinete de restauración en el museo del Prado y Alberto Guerrero, pintor y escultor.

Archimadrid.org. Mayo 2023

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“La capilla de la Fundación Bobath es un milagro del amor de la Virgen de Lourdes”

El sábado 13 de mayo, festividad de Nuestra Señora de Fátima, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, visitó Fundación BOBATH. A primera hora de la tarde, presidió la Eucaristía de bendición de la capilla, ubicada en la ampliación del centro de día, donde se puede venerar una imagen de la Virgen de Lourdes. Al acto asistieron las familias y amigos de la institución y estuvo amenizada con las canciones del grupo musical Hakuna, que ayudaron a encender los corazones de los asistentes.

El cardenal Carlos Osoro ha afirmado que el Evangelio nos proporciona una manera diferente de enfrentarnos a la realidad; una que «no rechaza a nadie», ha dicho, «sino que se ocupa de todas las situaciones y de la realidad que el ser humano pueda vivir». Además, el prelado ha señalado que «no se trata solo de amar a los que están, piensan o viven como yo», se trata de que consigamos que el amor de Dios llegue a todo el mundo y que «se acerque al corazón de los seres humanos».

Mariquilla López Bachiller es miembro del patronato de Fundación BOBATH y madre de Gonzalo, uno de los jóvenes que todos los días acude al centro de día «feliz», como nos señala orgullosa. «Esta capilla es un espacio para el recogimiento y la oración, lleno del Espíritu Santo donde ponerse en presencia de Jesús y de nuestra Madre», afirma.

Bobath cardenal chico okk

Un lugar para acercarse a Jesús

«Es un lugar donde niños, jóvenes y familias de Fundación pueden acercarse a Jesús para cultivar esa parte espiritual» explica Mariquilla, un lugar que es «un milagro del amor de la Virgen de Lourdes». Además, no pierde la oportunidad de agradecer la existencia de este nuevo centro: «Es maravilloso.  Estos jóvenes tienen un nuevo centro de día que necesitaban para su tratamiento, formación y asistencia diaria». Con la nueva capilla, «ponen a su disposición no solo la atención al cuerpo y a la mente, sino también al alma».

Bobath capilla

«Un espacio sencillo pero lleno de vida»

La iniciativa surgió cuando un grupo de padres y niños del colegio de educación especial acudieron en peregrinación al Santuario de Lourdes y allí, ante la gruta, Manuel, uno de los alumnos del colegio, le dio a conocer al director de la Fundación Nemesio Díez, Joaquín Vázquez, la necesidad de crecimiento de la institución.

Además, cuenta con el apoyo del párroco y vicario de la parroquia Santa Benedicta de la Cruz, así como de las familias y de los jóvenes de Fundación BOBATH que se encargarán del cuidado y mantenimiento de la nueva capilla creada por el artista Alberto Guerrero, «para que a los que no conocen a Dios les sepamos transmitir que Dios es amor».

En esta línea, la presidenta de la institución Luisa Fúnez ha asegurado que «en este camino vital, que recorremos con nuestros jóvenes, muchos han demostrado una inquietud espiritual, y una ilusión por estar cada vez más cerca de Dios», explica, y por este motivo «emprendimos la tarea de instaurar un oratorio». Fúnez cree que será «un espacio sencillo, lleno de vida, en el que podrían encontrarse con Jesús, y con la Virgen de Lourdes del que muchos son tan devotos», sentencia.

Bobath carta

Fundación BOBATH

Fundación BOBATH se dedica al tratamiento integral y a la educación de las personas con parálisis cerebral a lo largo de todas las etapas de su vida, con el objeto de que puedan desarrollar al máximo todo su potencial. En la actualidad cuenta con un Centro de Atención Temprana, Colegio de Educación Especial y Centro de Día, desde donde atienden a más de 330 personas de manera directa.

El 11 de octubre de 1982 se creó el Centro de Tratamiento Integral de la Parálisis Cerebral (CTIPC), pionero en España en la educación y tratamiento del niño con parálisis cerebral según el Concepto Bobath. En 2002 surge Fundación BOBATH, con fines sociales. Un año después, en 2003, se inaugura el Centro Bobath de Atención a la Parálisis Cerebral, que hoy en día está constituido por: Centro de Atención Temprana, Colegio de Educación Especial y Centro de Día. En 2005 comienza su andadura el Centro de Día (ATIPADACE), en el que se ofrece tratamiento y formación a un total de 49 jóvenes y adultos. Su necesidad de crecimiento derivada de la demanda de los alumnos que culminan la etapa escolar es elevada, por lo que se ha llevado a cabo una ampliación, realizada con la colaboración de la Fundación Nemesio Diez, que ha permitido construir un centro con una superficie de 3.200 centros cuadrados. Gracias a ello, Fundación BOBATH contará con una capacidad de atención para 80 jóvenes, que terminarán su etapa escolar en los próximos años. 

Cope.es. Mayo de 2023.

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El cardenal Osoro inaugura la nueva capilla de la Fundación Bobath: “Invita al recogimiento”

El obispo de Madrid consagró la capilla dedicada a la Virgen de Lourdes, y obra del artista Alberto Guerrero, con una misa a la que acudieron más de 200 personas

El pasado sábado 13 de mayo, festividad de Nuestra Señora de Fátima, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidió la misa de consagración de la capilla de la Fundación Bobath en presencia de lasfamiliasdel centro y su directiva. La capilla, dedicada a la Virgen de Lourdes, ha sido financiada por la Fundación Nemesio Díez y ejecutada íntegramente por el artista AlbertoGuerrero, que ha buscado responder a las peticiones de los chicos del centroa través del arte y el diseño del espacio: “nos reunimos con ellos y nos pidieron un lugarsencillo,amplio y cálido,que invitara al recogimiento”.

Ubicada en el nuevo centro de día de la Fundación Bobath, las notas de identidad de la capilla son el dorado, como símbolo de lo sagrado, el blanco yla madera. Entre sus elementos merece especial atención la fuerza de la pintura que preside el muro del presbiterio, un Cristo en blanco y negro sobrefondo dorado, basado en la Sábana Santa. También destaca el sagrario, basado en un relieve del Buen Pastor de Alberto Guerrero y realizado íntegramente a mano con la colaboración de la diseñadora Clara Gil. A un lado del presbiterio, puede leerse un versículo del evangelio elegido por los chicos de Bobath como resumen de su sentir: “Todo es posible para quien cree(Marcos 9:23).

La Fundación Bobath se dedica al tratamiento integral y a la educación de laspersonas con parálisis cerebral a lo largo de todas las etapas de su vida. En la actualidad cuenta con un colegio y un centro de día ocupacional, desde donde atienden a más de 280 personas que se ampliarán en 80 gracias al nuevo centro de día, que cuenta con una superficie de 3.200 centros cuadrados.

Sobre Alberto Guerrero

Alberto Guerrero Gil (Barcelona, 1975) es artista plástico, historiador del arte y restaurador de pintura. Su trabajo se ha expuesto desde 2004 en salas de España y Europa, donde sus obras forman parte de distintas colecciones particulares e institucionales. Reside y trabaja en Madrid. En su discurso plástico, Guerrero juega con contrastes de color y texturas aplicados en capas sucesivas, intentando reflejar que toda historia está formada por estratos que cuentan en lo que se percibe a simple vista.

El artista busca siempre un foco de luz, a veces central y otras desplazado, que sugiere que tras las capas se esconde una presencia misteriosa que da sentido a la realidad. Guerrero contempla el arte sacro como un desafío en el que trata de expresar la fe con un lenguaje actual cuyas notas de identidad más características son la luz como representación de la gracia y el juego de color y materia para expresar el valor de la Encarnación.

Alberto Guerrero, 2º Premio de pintura en el XXI Certamen Cultural “Virgen de las Viñas”

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Ya se conoce el fallo de los Premios de Pintura y Escultura del XXI Certamen Cultural Virgen de las Viñas, uno de los más importantes a nivel nacional, tanto por el número de obras presentadas, como por la cuantía económica de los premios. 

Reunido el jurado del premio de Pintura y Escultura del XXI Certamen Cultural “Virgen de las Viñas” compuesto por:  Rosa Brun, pintora; Eduardo Naranjo, pintor y Rafael Torres Ugena, presidente de Virgen de las Viñas Bodega y Almazara, acordó  conceder los siguientes premios: 

El  Primer premio de Pintura, patrocinado por “Virgen de las Viñas” Bodega y Almazara, se concede a Encarna Sepúlveda por su obra “Trenzando el tiempo”. El  2º Premio, patrocinado por Globalcaja, a Alberto Guerrero Gil por su obra “Desde lo profundo”; el tercero, patrocinado por Fundación la Caixa, a José Francisco Bonaño por su obra “Recuerdos de Caliche 1.95 y el 4º Premio, patrocinado por Alvinesa, a Cristina Megía Fernandez por su obra “Loa a la tierra”. 

“Desde lo profundo”, la obra de Alberto Guerrero galardonada con el segundo premio de Pintura.

Por otro lado, el Premio Regional de Pintura, patrocinado por Glomol S.L., ha sido para Fernando Sosa Pérez por su obra “Inmersión”.  El Premio  de Escultura, patrocinado por Enológica Sánchez Migallón S.L., lo ha conseguido Rodrigo Romero Pérez por su obra “Salvajes”. El Premio a personas con discapacidad, patrocinado por “Virgen de las Viñas” Bodega y Almazara, ha recaído en Berto Martínez Tello por su obra “Renacer”. 

Fuente: lavozdetomelloso.com

El debate de hoy. «Desde hace más de un siglo, el arte sacro que se ha extendido es mediocre»

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Alberto Guerrero: «Desde hace más de un siglo, el arte sacro que se ha extendido es bastante mediocre»

Por José María Sánchez Galera

Marzo de 2020

El pintor Alberto Guerrero comenta con El Debate su evolución artística, donde ha trabajado la pintura, el mural y la escultura a partes iguales. Un camino repleto de literatura, arte copto, diversión y sacralidad.
En El loco del pelo rojo (1956) o en El tormento y el éxtasis (1965) se muestra al pintor como un hombre angustiado, casi desesperado, por una pasión que no es capaz de asimilar; una genialidad que lo sobrepasa, en mitad de un mundo que no comprende su sensibilidad. Se trata de uno de los lugares comunes asociados a los artistas. No es el caso de Alberto Guerrero (Barcelona, 1975), casado, con hijos que aprenden a leer en el mismo colegio donde ha trabajado su esposa, con un hermano músico que tampoco se droga y que tiene una familia numerosa… Este pintor ha expuesto en Utrecht (Países Bajos), Gante (Bélgica), Bolzano (Italia), sus obras se encuentran en colecciones privadas de Estados Unidos, Corea o Reino Unido, y algunos de sus lienzos cuelgan de las paredes de la sede de UBS en Madrid o la del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Sus jornadas de trabajo tienen mucho de estudio y paciencia. Sonríe, escucha, toma un trago de cerveza, suelta una carcajada que parece un abrazo. De la restauración en Egipto a la admiración por el arte románico; de la ballena Moby Dick a un repertorio de imitaciones de Velázquez, con algo de homenaje y algo de humor. En barrios pobres de Jamaica enseñó a chicos marginales que se puede vivir dedicándose al oficio de pintar o restaurar. Ha cuidado colecciones privadas, vende cuadros por encargo, murales para iglesias e instituciones, desarrolla series temáticas que van desde personas que escriben o pintan en una tapia hasta esferas colgantes de colores –que parecen palomitas de dinosaurio futurista o maquetas de Marte o Plutón–. En algunos hogares disfrutan de sus cuadros, ya parezcan un sol que se despereza tras la bruma, o una jirafa que recuerda a un safari de película clásica. Con la crisis sanitaria del coronavirus venido del Lejano Oriente, regaló un diario pictórico de la cuarentena, una serie sobre la `vuelta a la normalidad´, y otra en que recupera su trayectoria previa y ahonda en sus raíces plásticas.
Legado para mis hijos

Legado para mis hijosAlberto Guerrero

– Usted se define como «artista plástico», no como pintor. ¿Qué diferencia hay?
– También me defino como pintor, pero durante los últimos años he trabajado en obras que excedían lo meramente pictórico, como esculturas y pinturas en las que la tridimensionalidad tiene tanta importancia como lo cromático. En cualquier caso, no concedo demasiada importancia a las etiquetas.
– Dentro de la primera mitad de su carrera, usted restauraba iglesias de Jamaica o Egipto, ¿no?
– Estuve alrededor de cinco años trabajando en un proyecto de restauración en la iglesia de Abu Serga en El Cairo, y más tarde estuve tres veces en Jamaica colaborando en la restauración de las pinturas murales de la Holy Trinity Cathedral de Kingston.
Desde el punto de vista artístico, obviamente fue mucho más interesante lo de El Cairo. También estuve más tiempo allí, y eso me permitió conocer más la cultura egipcia y copta en particular, que me ha impresionado mucho. El arte copto, que es desconocido para muchísima gente, está muy ligado a los orígenes de nuestra cultura. La iconografía del arte prerrománico y románico europeo surge en buena medida en Egipto, que es donde tiene su origen el fenómeno monástico, que contribuyó a la evangelización de Europa. Es precisamente en torno a los monasterios donde floreció la cultura medieval y dentro de los monasterios donde se custodió todo el legado de la cultura grecorromana.
El proyecto en Jamaica fue también muy interesante, en gran medida por su carácter social. Allí enseñábamos a restaurar a jóvenes de barrios muy deprimidos por la pobreza, la delincuencia y la droga.
Mural en el colegio Kolbe

Mural en el colegio KolbeJosé Luis Rodríguez Torrego

– ¿Hasta qué punto influyó en su evolución la lectura de Moby Dick, de Herman Melville?
– La lectura de Moby Dick supongo que sí que ha influido bastante. Era un ejemplar de tapas duras, de una edición antigua inglesa, que compré en Edimburgo en una tienda de libros de segunda mano, y lo empecé a leer en Jamaica, cuando estaba trabajando en la restauración de la catedral de Kingston. Recuerdo que me produjo una gran impresión y no pude evitar empezar a dibujar según lo iba leyendo.
– ¿En aquella etapa la pintura era para Alberto Guerrero una Ballena Blanca? ¿Era usted un capitán Ahab? ¿O un Ismael?
– En aquella época y ahora la pintura sigue siendo mi gran ballena blanca, en el sentido de que es imposible abarcarla plenamente. Una de las cosas que me fascina de la novela de Melville es cómo va preparando al lector durante cientos de páginas para la aparición de Moby Dick, que no sale en escena hasta prácticamente el final del libro. Escribe un verdadero tratado sobre los cachalotes, describe la vida de los balleneros, habla de todos los rumores y leyendas acerca de la gran ballena blanca… Al final, tras innumerables descripciones y datos, en vez de desentrañar el misterio, lo hace aún más grande. Prefiero a Ismael que a Ahab, que acaba siendo destruido por su afán de atrapar el misterio. Yo creo que el misterio que preside el proceso de creación hay que respetarlo, no se puede abarcar en su totalidad. Creo que se trata de aceptar que hay algo más grande que uno mismo. Los cachalotes son seres muy misteriosos, y el misterio conecta con el deseo infinito del hombre.
– ¿Hubo algún Pequod? ¿O un puerto definitivo?
– Justo antes de lanzarme a esta aventura, todos los que me conocían bien me recomendaban que abandonase la restauración y asumiese el riesgo. Les hice caso y me fie, en parte porque ya llevaba varios años intentando compaginar las dos cosas, pero cada vez era más consciente de mi vocación artística y de la imposibilidad de desarrollarla sin apostar en serio. Me taladraba la idea de que lamentaría profundamente morir sin haberlo intentado. Tuve la sensación de que era en ese momento o nunca, porque no tenía por entonces cargas familiares ni mucho que perder. Luego ya sí, más adelante, pero mi mujer se subió a mi mismo barco. Yo diría que en los últimos años estamos disfrutando de la travesía, y que el puerto definitivo es la vida eterna.

Alberto Guerrero

– ¿A partir de entonces el gran sueño de dedicarse a la pintura, vivir de la pintura, se hace real?
– Sí, pero eso ha ido llegando poco a poco y después de mucho trabajo. El punto de inflexión fue el año 2010, cuando decidí dejar la restauración como medio de vida para centrarme sólo en mi creación artística. No fue una decisión fácil, como he dicho antes, porque implicaba pasar de un trabajo seguro a uno incierto justo cuando se estaba empezando a sentir la crisis. En el año 2011 me casé y pronto tuve que hacer todo tipo de cosas para sacar dinero, como vender acuarelas casi regaladas en mercadillos de moda y aceptar encargos de muchísima gente. Esta etapa la recuerdo con mucho cariño, fue un tiempo de aprendizaje.
– Hay varias etapas o series desde 2009: tras Moby Dick, unas más figurativas, alguna de transición, y luego las de puro color y texturas, que invitan a palpar. ¿Cómo se producen estas evoluciones?
– Quizá por mi formación como licenciado en Historia del Arte y restaurador a mí me interesa tanto la pintura figurativa como abstracta y en mi trayectoria personal he explorado y exploro muchos caminos. Es evidente que el estilo que más me caracteriza y que se ha consolidado más a lo largo de los años es el de la pintura abstracta de gran formato, pero, a lo largo de los años, he ido viendo cómo hay determinados temas a los que es necesario aproximarse desde la figuración. Es el caso de las series de animales y de otras que empiezan por puro divertimento y acaban reunidas en algo unitario y con sentido, como PaintingGamberrada barroca.
En mi obra intento reflejar mi visión de la realidad. Mis pinturas constan normalmente de muchas capas, y todas cuentan, todas importan para percibir el todo final. La realidad no se puede explicar desde un solo punto de vista, eso me ha llevado a la forma esférica, porque para entender una pintura esférica hay que rodearla. Por un lado, puede predominar un color y, por el opuesto, puede ser de otro diferente.
En cualquier caso, no he abandonado el lienzo liso en absoluto. Digamos que la pintura esférica es una línea más dentro de mi exploración.
Felipe III al natural

Felipe III al naturalAlberto Guerrero

– Hay algo de vitalismo sereno en su pintura. No sólo porque usted es un buen cervecero, sino porque incluye, de repente, un homenaje a Velázquez repleto de humor: la Gamberrada barroca.
– Creo que el humor y el desenfado es fundamental en el arte y en la vida en general. ¡Las cosas demasiado serias se acaban volviendo hostiles! A veces se confunde el respeto por las cosas importantes con una suerte de solemnidad triste. Por otro lado, al igual que se suele decir que la filosofía surgió en Grecia porque por primera vez en la historia apareció una clase ociosa, con tiempo para aburrirse, estoy seguro de que muchas de las mejores creaciones artísticas de la humanidad han surgido, no tras una sesuda reflexión, sino fruto del inocente juego del artista. En mi opinión, el artista habla sobre lo que lleva dentro, se lo proponga o no. De hecho, estoy seguro de que muchas veces la obra dice muchas más cosas de las que inicialmente pensaba su autor.
– ¿Podemos hablar de continuidad con su fe personal y con el trabajo que hace para varias iglesias o instituciones religiosas?
– Mi fe personal creo que afecta a toda mi obra, no sólo a la obra sacra, pero, efectivamente, durante los últimos años he trabajado en seis proyectos diferentes para iglesias donde he pintado, modelado sagrarios o diseñado mobiliario litúrgico. El arte sacro me parece un desafío artístico muy interesante. El arte occidental sólo se puede entender desde el cristianismo sobre un sustrato grecorromano y, por razones que no vienen al caso, desde el siglo XVIII el arte (y no sólo el arte…) se ha ido distanciando cada vez más de sus raíces cristianas. Es un gran reto volver a hablar sobre nuestros orígenes, de volver a las fuentes con un lenguaje actual. Desgraciadamente, desde hace más de un siglo, el arte sacro que se ha extendido es bastante mediocre, con algunas excepciones, por supuesto.

A. Guerrero trabajando en un mural cristológicoJosé Luis Torrego

– En su arte religioso hay un recurso, o una experimentación, muy intensa de la luz que refulge en mitad de la obscuridad. ¿Podría definirse de este modo?
– En mi arte religioso hay sobre todo dos ideas de fondo: la Encarnación, que es lo que justifica el arte cristiano, y la luz, como representación de la gracia que entra en el mundo fruto del sacrificio de Cristo. Me interesa mucho en ese sentido el comienzo del evangelio de San Juan. La imagen de la luz que se adentra en las tinieblas es muy poderosa.
– ¿Hay en esa luz, en esos brochazos y texturas que se convierten casi en luz material, física, táctil, algo del arte bizantino y sus dorados? ¿Algo de Egipto?
– Sin duda. Esa luz que pinto es dorada, y pretende asociarse con toda la tradición del oro como representación de la realidad divina en la Iglesia, y especialmente en la oriental.
Cuando pinto la luz, lo hago con grumos espesos de pintura, en los que la consistencia material es evidente e importante.
Los judíos eran y son iconoclastas, como es lógico; porque, si hay un solo Dios y es el ser supremo y excelso que se supone que es, obviamente es un sacrilegio intentar representarlo. Los cristianos, sin embargo, creemos que Dios nos dio un rostro visible en Jesucristo, que Dios se ha encarnado, que se ha hecho carne, materia. Yo no soy teólogo, pero supongo que eso en cierta manera «sacraliza» el universo material, que deja de ser una sombra triste del universo espiritual. A mí por eso me gusta recrearme en la «materia» de la obra, sea religiosa o no, porque es santa.
– En el Colegio Internacional Kolbe (Madrid) se mezclan los dorados, las incisiones, e incluso una alusión al arte religioso clandestino, de los presos de Auschwitz, donde padeció el santo que da nombre al centro. ¿No es así?
– Exacto. Para la pintura del colegio Kolbe me sugirieron que me basara en una imagen de un Cristo crucificado que apareció incisa en una pared de la celda en la que estuvo prisionero san Maximiliano Kolbe. No se puede saber quién la ejecutó, pero, obviamente, fue un prisionero que sufrió allí su personal calvario, lo cual hace mucho más poderosa la imagen. Reproduje esa crucifixión a una escala bastante grande y también la grabé, como el prisionero, aunque en lugar de hacerlo sobre un muro de hormigón gris, lo hice sobre una pared donde previamente pinté un gran degradado de luz dorada que caía de lo alto. Esto simboliza la salvación que llega al hombre a través del sacrificio de Cristo. Una vez más llegamos a la paradoja: un fracaso desde el punto de vista humano supone la mayor victoria jamás lograda a lo largo de la Historia.
Una de sus últimas piezas, relativas a la pandemia, titulada "La nueva normalidad"

Una de sus últimas piezas, relativas a la pandemia, titulada ‘La nueva normalidad’Alberto Guerrero

– Durante este último año y medio usted ha dedicado dos series pictóricas a la pandemia, la primera sobre el confinamiento (Diario de una cuarentena, vertida en libro de papel) y la segunda sobre la nueva normalidad. ¿Miedo, esperanza, acogida, hogar, posterior distopía…? ¿De qué nos hablan estas dos series?
– El Diario de una cuarentena es una serie de acuarelas que comencé en un cuaderno el mismo día que nos confinaron y surgió de forma completamente espontánea, ante la intuición de que empezábamos a vivir un momento histórico que personalmente necesitaba contar y contarme a mí mismo. Reúne imágenes de mi vida cotidiana, que ha sido similar a la de mucha gente que estaba en sus casas, y otras que expresan mi visión sobre la situación que estábamos viviendo, junto a algunas metáforas relativas al futuro de nuestra sociedad. Creo que el tono general del diario es más esperanzador que otra cosa, y que así lo ha percibido mucha gente que lo tiene en sus casas, ya editado como libro, como un recuerdo amable de lo que todos hemos vivido.
La serie de acuarelas sobre la Nueva Normalidad es fruto de mi asombro y actitud crítica a la gestión posterior de la pandemia. Yo creo que todos hemos podido ver cómo, escudados por la pandemia, se ha aprovechado para adoptar medidas restrictivas en muchos ámbitos, en ocasiones incoherentes. También he querido reflejar de qué modo la sociedad ha priorizado el interés por la pandemia frente a problemas menos inmediatos, pero de mayor calado.
Fuente: El Debate

El País. April 2020. Qué hacer esta semana en Madrid sin salir a la calle.

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El artista plástico Alberto Guerrero (Barcelona, 1975) afincado en Madrid se ha dedicado a la restauración y desde hace años se ha centrado en su trabajo en disciplinas como la pintura y la escultura. En los últimos días ha recurrido al mundo virtual para compartir una obra creada durante su encierro. Está elaborando Diario de una cuarentena, en la que plasma su obra sobre papel. El proceso de esta antología puede seguirse a través de un hilo de Twitter todavía por concluir, alojado en su cuenta de la red social: @guerrero_pintor.

 

Fuente: El Pais

Telva. Octubre 2020

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Otro libro “atípico” es el que pensó el pintor Alberto Guerrero (Barcelona, 1975) cuando comenzó el coronavirus. Diario de una cuarenta es un cuaderno de dibujos en acuarela que plasma la visión personal del artista durante 53 días de confinamiento a causa de la crisis sanitaria: comenzó a pintar el 13 de marzo de 2020 desde su casa y ante la imposibilidad de desplazarse a su estudio, donde habitualmente crea obra de gran formato. La última página del diario está fechada el 4 de mayo de 2020, cuando la desescalada en Madrid ya había dado comienzo. En conjunto, una obra de poética de lo cotidiano trabajada como un libro, esto es, con su secuencia y por tanto con carácter de diario, de historia por capítulos.

 

Fuente: Telva

Arquitectura Viva. Junio 2021

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El artista Alberto Guerrero (Barcelona, 1975) participa en cuatro espacios de la última edición de Casa Decor Madrid, que se celebra hasta el 27 de junio en la Casa de Tomás Allende, situada en el número 3 la plaza de Canalejas. En sus obras se superponen capas matéricas explorando la relación entre los diferentes estratos de color y las texturas que se generan.

En la sala de música de Impar Grupo para Casa Decor, titulada ‘Ceci n’ est pas une salle de musique!’, las esferas de colores de Alberto Guerrero están suspendidas con hilos invisibles en un balcón, junto a su lienzo de color rojo colocado en una pared ante el que pende una pequeña esfera azul.

Guerrero también participa en el ambiente creado por Pure Fitness y EEBA Estudio, con el cuadro ’Beyond’ de formato redondo y hecho a medida para el espacio, que evoca al cañón de la pistola teñido de sangre que aparece tras el disparo en la secuencia de créditos de las películas de 007.

Además de cuadros y esferas, Guerrero presenta en esta edición dos esculturas, ‘La caja negra’ y ‘La caja arena’, situadas respectivamente en el espacio de Bang & Olufsen decorado por Marisa Gallo, y en la antesala de los aseos de la cuarta planta, obra de la interiorista Soledad Ordoñez Giordano.

Apenas un destello

By Apenas un destello

“APENAS UN DESTELLO” es una selección de lienzos de Alberto Guerrero de los últimos dos años. En su incansable búsqueda de lo que subyace a la apariencia externa, Guerrero deja atrás el acúmulo de capas voluminosas para alternar sutiles veladuras de color y texturas, empleando la luz para provocar en el espectador una sensación de profundidad y el anhelo de una misteriosa presencia que, aunque apenas se intuye, confiere verdadero sentido a la obra.

El título, inspirado por la cita de Eclesiástico, 42 (Qué admirables son todas tus obras. Y lo que contemplamos es apenas un destello) es un guiño a lo que no podemos ver detrás de cada vida, historia o realidad que contemplamos. La gama cromática elegida evoca precisamente la inabarcabilidad del Misterio.