Alberto Guerrero, Jaime García-Máiquez y María Rodríguez
¿Estamos perdiendo la capacidad de contemplación?¿Contempla igual un artista que un historiador del arte?¿La belleza abre el camino al misterio? Frente a este tipo de preguntas, invitamos a tres enamorados del arte para que dialoguen en busca de respuestas. Ellos son María Rodríguez, profesora de Historia del Arte en la Universidad CEU San Pablo, Jaime García-Máiquez, poeta y miembro del gabinete de restauración en el museo del Prado y Alberto Guerrero, pintor y escultor.
“La capilla de la Fundación Bobath es un milagro del amor de la Virgen de Lourdes”
El sábado 13 de mayo, festividad de Nuestra Señora de Fátima, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, visitó Fundación BOBATH. A primera hora de la tarde, presidió la Eucaristía de bendición de la capilla, ubicada en la ampliación del centro de día, donde se puede venerar una imagen de la Virgen de Lourdes. Al acto asistieron las familias y amigos de la institución y estuvo amenizada con las canciones del grupo musical Hakuna, que ayudaron a encender los corazones de los asistentes.
El cardenal Carlos Osoro ha afirmado que el Evangelio nos proporciona una manera diferente de enfrentarnos a la realidad; una que «no rechaza a nadie», ha dicho, «sino que se ocupa de todas las situaciones y de la realidad que el ser humano pueda vivir». Además, el prelado ha señalado que «no se trata solo de amar a los que están, piensan o viven como yo», se trata de que consigamos que el amor de Dios llegue a todo el mundo y que «se acerque al corazón de los seres humanos».
Mariquilla López Bachiller es miembro del patronato de Fundación BOBATH y madre de Gonzalo, uno de los jóvenes que todos los días acude al centro de día «feliz», como nos señala orgullosa. «Esta capilla es un espacio para el recogimiento y la oración, lleno del Espíritu Santo donde ponerse en presencia de Jesús y de nuestra Madre», afirma.
Un lugar para acercarse a Jesús
«Es un lugar donde niños, jóvenes y familias de Fundación pueden acercarse a Jesús para cultivar esa parte espiritual» explica Mariquilla, un lugar que es «un milagro del amor de la Virgen de Lourdes». Además, no pierde la oportunidad de agradecer la existencia de este nuevo centro: «Es maravilloso. Estos jóvenes tienen un nuevo centro de día que necesitaban para su tratamiento, formación y asistencia diaria». Con la nueva capilla, «ponen a su disposición no solo la atención al cuerpo y a la mente, sino también al alma».
«Un espacio sencillo pero lleno de vida»
La iniciativa surgió cuando un grupo de padres y niños del colegio de educación especial acudieron en peregrinación al Santuario de Lourdes y allí, ante la gruta, Manuel, uno de los alumnos del colegio, le dio a conocer al director de la Fundación Nemesio Díez, Joaquín Vázquez, la necesidad de crecimiento de la institución.
Además, cuenta con el apoyo del párroco y vicario de la parroquia Santa Benedicta de la Cruz, así como de las familias y de los jóvenes de Fundación BOBATH que se encargarán del cuidado y mantenimiento de la nueva capilla creada por el artista Alberto Guerrero, «para que a los que no conocen a Dios les sepamos transmitir que Dios es amor».
En esta línea, la presidenta de la institución Luisa Fúnez ha asegurado que «en este camino vital, que recorremos con nuestros jóvenes, muchos han demostrado una inquietud espiritual, y una ilusión por estar cada vez más cerca de Dios», explica, y por este motivo «emprendimos la tarea de instaurar un oratorio». Fúnez cree que será «un espacio sencillo, lleno de vida, en el que podrían encontrarse con Jesús, y con la Virgen de Lourdes del que muchos son tan devotos», sentencia.
Fundación BOBATH
Fundación BOBATH se dedica al tratamiento integral y a la educación de las personas con parálisis cerebral a lo largo de todas las etapas de su vida, con el objeto de que puedan desarrollar al máximo todo su potencial. En la actualidad cuenta con un Centro de Atención Temprana, Colegio de Educación Especial y Centro de Día, desde donde atienden a más de 330 personas de manera directa.
El 11 de octubre de 1982 se creó el Centro de Tratamiento Integral de la Parálisis Cerebral (CTIPC), pionero en España en la educación y tratamiento del niño con parálisis cerebral según el Concepto Bobath. En 2002 surge Fundación BOBATH, con fines sociales. Un año después, en 2003, se inaugura el Centro Bobath de Atención a la Parálisis Cerebral, que hoy en día está constituido por: Centro de Atención Temprana, Colegio de Educación Especial y Centro de Día. En 2005 comienza su andadura el Centro de Día (ATIPADACE), en el que se ofrece tratamiento y formación a un total de 49 jóvenes y adultos. Su necesidad de crecimiento derivada de la demanda de los alumnos que culminan la etapa escolar es elevada, por lo que se ha llevado a cabo una ampliación, realizada con la colaboración de la Fundación Nemesio Diez, que ha permitido construir un centro con una superficie de 3.200 centros cuadrados. Gracias a ello, Fundación BOBATH contará con una capacidad de atención para 80 jóvenes, que terminarán su etapa escolar en los próximos años.
El cardenal Osoro inaugura la nueva capilla de la Fundación Bobath: “Invita al recogimiento”
El obispo de Madrid consagró la capilla dedicada a la Virgen de Lourdes, y obra del artista Alberto Guerrero, con una misa a la que acudieron más de 200 personas
El pasado sábado 13 de mayo, festividad de Nuestra Señora de Fátima, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidió la misa de consagración de la capilla de la Fundación Bobath en presencia de lasfamiliasdel centro y su directiva. La capilla, dedicada a la Virgen de Lourdes, ha sido financiada por la Fundación Nemesio Díez y ejecutada íntegramente por el artista AlbertoGuerrero, que ha buscado responder a las peticiones de los chicos del centroa través del arte y el diseño del espacio: “nos reunimos con ellos y nos pidieron un lugarsencillo,amplio y cálido,que invitara al recogimiento”.
Ubicada en el nuevo centro de día de la Fundación Bobath, las notas de identidad de la capilla son el dorado, como símbolo de lo sagrado, el blanco yla madera. Entre sus elementos merece especial atención la fuerza de la pintura que preside el muro del presbiterio, un Cristo en blanco y negro sobrefondo dorado, basado en la Sábana Santa. También destaca el sagrario, basado en un relieve del Buen Pastor de Alberto Guerrero y realizado íntegramente a mano con la colaboración de la diseñadora Clara Gil. A un lado del presbiterio, puede leerse un versículo del evangelio elegido por los chicos de Bobath como resumen de su sentir: “Todo es posible para quien cree”(Marcos 9:23).
La Fundación Bobath se dedica al tratamiento integral y a la educación de laspersonas con parálisis cerebral a lo largo de todas las etapas de su vida. En la actualidad cuenta con un colegio y un centro de día ocupacional, desde donde atienden a más de 280 personas que se ampliarán en 80 gracias al nuevo centro de día, que cuenta con una superficie de 3.200 centros cuadrados.
Sobre Alberto Guerrero
Alberto Guerrero Gil (Barcelona, 1975) es artista plástico, historiador del arte y restaurador de pintura. Su trabajo se ha expuesto desde 2004 en salas de España y Europa, donde sus obras forman parte de distintas colecciones particulares e institucionales. Reside y trabaja en Madrid. En su discurso plástico, Guerrero juega con contrastes de color y texturas aplicados en capas sucesivas, intentando reflejar que toda historia está formada por estratos que cuentan en lo que se percibe a simple vista.
El artista busca siempre un foco de luz, a veces central y otras desplazado, que sugiere que tras las capas se esconde una presencia misteriosa que da sentido a la realidad. Guerrero contempla el arte sacro como un desafío en el que trata de expresar la fe con un lenguaje actual cuyas notas de identidad más características son la luz como representación de la gracia y el juego de color y materia para expresar el valor de la Encarnación.
Alberto Guerrero, el artista plástico que rompe con todos los estereotipos
El grueso de la obra del pintor barcelonés se encuadra dentro del arte abstracto
Por Mariona Gúmpert
Publicado en Voz Pópuli el 19 de enero de 2023
Este año conmemoramos el centenario de la muerte de Sorolla, de quien solemos destacar su maestría a la hora de captar la luz o sus escenas marítimas. Algunos más leídos saben nombrar “Visión de España”, la monumental obra que realizó para la Hispanic Society of America. Suele olvidarse que en varias de sus obras aparentemente costumbristas subyace una clara intención de denuncia social, o de homenaje a las clases populares, quizá porque se desconoce el origen humilde del pintor valenciano. Lo que sí no suele comentarse -más allá de los círculos de expertos- es cómo su figura desmiente por completo el estereotipo de artista contrariado y de vida distraída o trágica.
Asociamos el genio artístico con la locura de Van Gogh o con las historias trágicas de Beethoven o Tchaikovsky. Dostoievsky escribió su novela El jugador por encargo, para pagar las deudas que acarreaban consigo su adicción al juego. Sorolla, por el contrario, fue un hombre tranquilo y muy familiar, que encontró en sus hijos y su mujer su mayor fuente de inspiración. El pasado verano el Museo Sorolla organizó la exposición La edad dichosa. La infancia en la pintura de Sorolla, donde me llamó la atención una cuna de madera que el joven matrimonio adquirió haciendo un gran esfuerzo económico cuando fueron padres por primera vez.
Cunas, bebés y niños podría haber sido el único tema de conversación que podría haber mantenido con Alberto Guerrero (Barcelona, 1975) la primera vez que lo vi, pues nos conocimos rodeados de nuestros hijos en un contexto familiar y desenfadado. Sólo porque me habían chivado por el pinganillo que se dedicaba a las artes plásticas acabamos hablando de su obra y de los caminos y vericuetos que le habían conducido a conseguir vivir de su arte. No creo que me hubiera hablado en absoluto de estas cosas si no llego yo a sacar el tema. Gracias al soplo no sucedió de esta manera y, entre cambios de pañales, abrazos a los niños y distribución de perritos calientes me contó su trayectoria profesional, en la que el apoyo de su esposa Patricia ha resultado un factor clave en todos los aspectos. Sorolla y Matilde, Alberto y Patricia.
Guerrero estudió Historia del Arte y se dedicó durante bastante tiempo a la restauración, que le llevó a países tan distintos como Jamaica o Egipto, donde estuvo trabajando durante cinco años en la iglesia de Abu Serga en El Cairo. Nos relató cosas fascinantes de la cultura egipcia, en concreto sobre los coptos y su arte. De estos apenas sabía yo que es el nombre que se les da a los cristianos de Egipto. Alberto nos descubrió entonces que gran parte de la iconografía del arte prerrománico y románico proceden de allí, pues es en Egipto donde surge el fenómeno monástico que tanta importancia tuvo para la cultura europea. Todo esto con una cerveza en la mano y un deje de timidez por estar siendo el centro de atención. Un soplo de aire fresco comprobar que no todos los artistas contemporáneos son unos ególatras que venden a precios desorbitantes “obras” que el personal de limpieza de los museos a menudo ha confundido con basura que había que retirar.
Menos mal que todavía quedan artistas como Alberto, en los que la fe y la vida espiritual van íntimamente unidas a su vocación por la belleza
Quizá se estén figurando que la obra de Alberto Guerrero es figurativa, por las referencias a Sorolla y por el bagaje cultural e intelectual del autor. Otro mito que destruir pues, si bien el pintor barcelonés tiene en su haber bastantes retratos y escenas realistas a la acuarela, el grueso de su obra se encuadra dentro del arte abstracto. Respecto de las primeras, echen un vistazo a su “Diario de una cuarentena”, en el que fue pintando las impresiones y emociones que le fueron surgiendo a lo largo del confinamiento.
Sin embargo, el arte abstracto de gran formato es donde pone el foco desde hace ya varios años, con exposiciones tan interesantes como “Velos y revelaciones”, “Sustratos”, “Estratos”, “Oxímoron”, “Raíces”, “Apenas un destello” y “Desde lo profundo”, que está abierta al público madrileño desde el pasado día 11 hasta el día 30 en la calle Sorgo 53. Me resulta particularmente interesante su arte sacro. En él, Guerrero mezcla con maestría lo figurativo y abstracto, creando ambientes que favorecen el recogimiento y la contemplación. A Dios a través de la belleza, la tan olvidada “via Pulchritudinis”. Menos mal que todavía quedan artistas como Alberto, en los que la fe y la vida espiritual van íntimamente unidas a su vocación por la belleza. Ya lo saben: Bien, Verdad y Belleza, los tres valores que han recorrido nuestra historia desde sus inicios.
Ya se conoce el fallo de los Premios de Pintura y Escultura del XXI Certamen Cultural Virgen de las Viñas, uno de los más importantes a nivel nacional, tanto por el número de obras presentadas, como por la cuantía económica de los premios.
Reunido el jurado del premio de Pintura y Escultura del XXI Certamen Cultural “Virgen de las Viñas” compuesto por: Rosa Brun, pintora; Eduardo Naranjo, pintor y Rafael Torres Ugena, presidente de Virgen de las Viñas Bodega y Almazara, acordó conceder los siguientes premios:
El Primer premio de Pintura, patrocinado por “Virgen de las Viñas” Bodega y Almazara, se concede a Encarna Sepúlveda por su obra “Trenzando el tiempo”. El 2º Premio, patrocinado por Globalcaja, a Alberto Guerrero Gil por su obra “Desde lo profundo”; el tercero, patrocinado por Fundación la Caixa, a José Francisco Bonaño por su obra “Recuerdos de Caliche 1.95 y el 4º Premio, patrocinado por Alvinesa, a Cristina Megía Fernandez por su obra “Loa a la tierra”.
Por otro lado, el Premio Regional de Pintura, patrocinado por Glomol S.L., ha sido para Fernando Sosa Pérez por su obra “Inmersión”. El Premio de Escultura, patrocinado por Enológica Sánchez Migallón S.L., lo ha conseguido Rodrigo Romero Pérez por su obra “Salvajes”. El Premio a personas con discapacidad, patrocinado por “Virgen de las Viñas” Bodega y Almazara, ha recaído en Berto Martínez Tello por su obra “Renacer”.
Fuente: lavozdetomelloso.com
Alberto Guerrero: «Desde hace más de un siglo, el arte sacro que se ha extendido es bastante mediocre»
Por José María Sánchez Galera
Marzo de 2020
El artista plástico Alberto Guerrero (Barcelona, 1975) afincado en Madrid se ha dedicado a la restauración y desde hace años se ha centrado en su trabajo en disciplinas como la pintura y la escultura. En los últimos días ha recurrido al mundo virtual para compartir una obra creada durante su encierro. Está elaborando Diario de una cuarentena, en la que plasma su obra sobre papel. El proceso de esta antología puede seguirse a través de un hilo de Twitter todavía por concluir, alojado en su cuenta de la red social: @guerrero_pintor.
Fuente: El Pais