Descripción
En estos tres estudios en acuarela se pretende poner el acento en cómo Dios confía a un hombre normal la más excelsa de las misiones: cuidar de su propio Hijo, nombrándolo padre terrenal. Desde una composición sencilla y de trazo rápido, la atención se centra en las figuras y se prescinde del color y de otros elementos que les resten protagonismo. Las tres obras ponen el acento en la misión sostenedora de un hombre “normal”: elegido pero tan débil y pecador como cualquier otro.
Guerrero imagina a un San José fuerte y protector que toma a su niño dormido en medio de la noche para huir de quienes quieren matarlo, que lo sostiene en brazos mientras le mira con ternura o le alza a hombros para enseñarle el mundo.